Desde pequeño, en las tierras mágicas de Venezuela, Carlos se dedicaba a "atrapar" pájaros con su cámara como si fueran Pokémons en un juego de aventuras. Ahora, a sus 34 años, la fauna y la naturaleza son sus terrenos de juego preferidos, y su talento especial es comunicarse con los pájaros. ¡Solo le falta una flauta y un sombrero de fauno para completar el look!
Carlos ha sido premiado en varias competencias de fotografía de fauna, con sus trabajos luciendo en revistas de naturaleza. Hoy en día, sigue sumando especies de aves y otros bichillos a su álbum, especialmente de esos adorables peludos que consideramos el mejor amigo del hombre.
Así que, si estás en el Delta del Ebre, no te sorprendas si encuentras a Carlos inmortalizando a un perro o un pájaro. Pero cuidado: ¡te costará encontrarlo, porque es un verdadero camaleón en el arte del camuflaje!